Todas las personas tienen diferentes capacidades de concentración. Con la cantidad de estímulos y distractores que tenemos, hay momentos es que es es necesario que la mejoremos. ¿Cómo? Te contamos en estas cuatro estrategias:
ESTRATEGIA 1: Meditá y lee más.
No solamente sirve para relajarte, también ayuda a desarrollar la capacidad de concentración. Entre 10 y 20 minutos al día te ayudan a despejar la cabeza y a concentrarte en tu cuerpo y tu respiración.
Lee más: leer también ayuda a tu concentración. Poco a poco concentrarte en algo que esté frente a vos te va a dar una mano en el trabajo. Para asegurarte que estás prestando atención, al final de cada lectura preguntate qué leíste. La lectura mañanera es perfecta para despertar tu mente, y leer en la cama sirve para relajarte antes de dormir.
No hagas varias cosas a la vez: Cuando hacés muchas cosas a la vez no prestás atención al detalle. Hacé una cosa a la vez y tardarás menos tiempo que haciendo todo junto.
ESTRATEGIA 2: Apoyate en la Rutina
Reflexioná: antes de comenzar tu jornada de estudio o trabajo armá una lista con las cosas que funcionaron y lo que no, así te asegurarás de aprender de la experiencia anterior.
Planificá una rutina para cada examen, materia o tarea; así lograrás que nada se te olvide y tu motivación aumente. Es necesario que duermas lo suficiente, desayunes bien y hagas al menos 10 o 20 minutos de ejercicio diario.
Según tus posibilidades, flexibilizá tus horarios y ambientá tu espacio. Anticipate a tus necesidades, por ejemplo, planificá la cena y el almuerzo.
ESTRATEGIA 3: Organización
Hacé una lista con las tareas pendientes. Es difícil concentrarte si ante cada nueva tarea debés analizar qué es lo que tenés que hacer. Cada vez que cumplas con una tarea tachala y premiate con unos pocos minutos de descanso. También es importante que asignes prioridades a las tareas: hacer las más exigentes en la mañana es mejor porque es en el momento del día que tenés más energía y motivación. Tu espacio de trabajo tiene que estar siempre ordenado; es más práctico y eficiente saber dónde esta cada cosa que perder la cabeza buscando algo. Dejá sobre el escritorio solamente las cosas que necesites, siempre y cuando no uses el teléfono para trabajar, escondelo.
Administrá tu tiempo: saber controlar tu tiempo es esencial para estar concentrado. Estimá el tiempo para cada tarea que hagas: hacé las que demanden más tiempo al principio del día y si terminás con alguna de ellas tomate un mini descanso; esto te motivará para terminar todo.
Método 4: Evitá las distracciones de los dispositivos
Sabemos que Internet es mágico, pero no lo uses a la hora del trabajo y/o estudio, te hace perder el tiempo. Lee los artículos interesantes o mirá las cosas que te llamen la atención en tus descansos. Si precisas Internet para hacer tus tareas, no tengas más de 5 pestañas abiertas.
Lo quieras o no, las otras personas siempre son una distracción. Si bien es divertido conversar con otros, te distraen de tus metas y enlentecen las tareas. ¿Cómo evitar que te conversen? Deciles que es muy importante terminar lo que estás haciendo. No atiendas llamadas personas o mensajes de texto. Intentá que tu compañero de estudio/ de trabajo se mantenga concentrado.
Te invitamos a ponerlas en práctica, de a poco y de manera consciente y seguramente podrás mejorar tu manera de enfocarte para desarrollar las tareas.
Equipo Farma 24