Durante los primeros días de vida el chupete puede interferir con la lactancia, disminuyendo el tiempo de estimulo del pecho, y por lo tanto retrasando la bajada de la leche y disminuyendo la producción de leche. También puede alterar la forma en que el bebe coloca la lengua, dificultando luego la succión del pecho. Por este motivo al recién nacido no se le debe ofrecer el chupete hasta estar seguros de que la lactancia ya se encuentra establecida, lo cual difícilmente ocurra antes de la semana de vida.
Existe una necesidad de succión nutritiva (alimentación) y una de succión no nutritiva (placer de succionar). Una vez que las lactancia ya esta establecida, y el bebe esta creciendo adecuadamente, puede cubrir la necesidad de succión no nutritiva con el chupete
Si tu bebé ya se alimentó y está quejoso podés darle el chupete para cubrir la necesidad de succión no nutritiva.
Tené en cuenta que si el bebé no usa chupete, seguramente chupará el dedo que es más duro y deformante del paladar. Si por miedo a que de grande se siga chupando el dedo se lo sacan de la boca todo el tiempo, no están permitiendo que satisfaga la necesidad de succión, que al año de vida es normal, entonces es probable que se chupe el dedo luego del año cuando ya no es esperable y deformará aún más el paladar.
Hay niños que continúan chupándose el dedo de grandes porque no les permitieron hacerlo cuando era madurativamente esperable.
Si durante la etapa oral (primer año de vida) el bebé utiliza mucho el chupete o se chupa el dedo hay que permitírselo.
Y por último está demostrado que la utilización del chupete protege (aunque débilmente) contra la muerte súbita neonatal.